Jose Antonio Olea garaita y Alberto Barreña Elizegi fueron testigos directos del bombardeo del 31 de marzo de 1937. Ambos eran vecinos de Kalebarria. Las bombas de la aviación fascista se llevaron ese día la vida de tres seres queridos de Jose Antonio. La familia de Alberto no tuvo que lamentar ninguna baja directa ese día en concreto pero la guerra les robaría la vida de un hermano envuelta en el oscuro manto de una desaparición nunca resuelta. l
Años más tarde los dos colaboraron activamente a la hora de transmitir lo sucedido a las nuevas generaciones. Siempre dispuestos a aportar su testimonio, Alberto y Jose Antonio fueron la viva voz de una historia silenciada.
Jose Antonio Olea Garaita falleció en febrero del 2016 y Alberto Barreña Elizegi en enero del 2017.
JOSÉ ANTONIO tenía seis años el día en el que bombardearon Durango. Vivía en Kalebarria. Como un día cualquiera, aquel 31 de marzo desayunó y bajo a la calle, a la carpitenría de Martzial. Si se hubiera demorado tan solo unos minutos en bajar puede que no pudiera haber contado nada sobre el bombardeo del 31 de marzo. Una bomba lanzada sobre la casa familiar acabó con la vida de dos de sus hermanos, Daniel y Balasi y la de su abuelo Antolín.
ALBERTO tenía doce años. Miembro de una familia numerosa, se consideraba afortunado porque aquel terrible bombardeo no se llevó por delante al vida de ningún familiar. De todos modos, los angustioso momentos vividos el 31 de marzo de 1937 quedarían grabados para siempre en su memoria. Amigos, conocidos, vecinos… Muchos de los fallecidos aquel día tenían nombre y apellido para Alberto.
Kantatzen ez duen herria herri hila da
Tal y como ya hemos comentado, tanto Alberto como José Antonio siempre se mostraron dispuestos a participar en inicativas que impulsaran la recuperación de la memoria. En 2009 ambos participaron en un proyecto audiovisual del músico y realizador durangarra Iban Gorriti junto con otro testigo del bombardeo, Jesus Moreno, que fallecería poco después de la realización del proyecto.