Por mar y con un buque de guerra…

El diario Eguna abría la portada de su edición del 7 de mayo de 1937 con la noticia de la partida de los barcos Habana y Goizeko Izarra hacia Burdeos. Dos mil quinientos niños viajaban en el primero y mil mujeres en el segundo. El avance del ejercito fascista trajo consigo la expatriación de miles de vascos que partieron en un inicio desde Santurtzi y, más adelante, desde Santander, o incluso desde puertos Asturianos.

De entre los entrevistados por Durango 1936 Elkartea, varios vivieron en primera persona la expatriación con destinos bien distintos: Francia, Bélgica, Inglaterra… Muchos de ellos desconocían incluso dónde irían a parar definitivamente. Algunos viajaron en familia. Otros vieron como los separaban de sus hermanos y hermanas. La mayoría volvíó a sus pueblos de origen incluso antes del final de la guerra. Otros vivieron años en el exilio y alguno que otro no volvió jamás.

 

Almirante Cervera

Entre los expatriados en la primavera-verano de 1937 encontramos recuerdos de todo tipo. Hay quien vivió la travesía marítima como un un infierno y también quien no olvida el buen trato recibido por parte de los tripulantes del Habana. De todos modos, hay un recuerdo que todos ellos comparten: el Almirante Cervera. Este crucero del ejercito fascista era bien conocido por sus cañonazos en el asedio de Bilbao pero también jugó un papel importante en la presión que ejercía sobre los convoys que se dirigían al exilio repletos de niños y familias. Estos convoys iban habitualmente acompañados por barcos de guerra ingleses a los que el Almirante Cervera no atacaba según tratados internacionales. En la realidad, esto no suponía, para nada, un viaje tranquilo tal y como narran los entrevistados.

Testimonios

Agustin Eskubi Urtiaga

Luis Altuna Ercilla.

Lourdes Madina Zumarraga

Dominga Estankona Retolaza

Miren Agurtzane Irigoras Gaintza

Edurne Gorosarri Garnika

Alberto Barreña Elizegi