SEBASTIAN ERDOIZA nació en Iurreta el 11 de mayo de 1916 en el seno de una familia nacionalista. Estudió en los Maristas y comenzó a trabajar a los catorce años. A los quince falleció su madre. Para entonces Sebastian trabajaba en una panadería.
Levantado por quintas a los veinte años, Sebastian ingresó en el batallón Kirikiño y fue destinado a Elgeta. Recordaba que su suerte como soldado fue la de ir retrocediendo continuamente desde el frente de Intxorta hasta que fueron detenidos en Sodupe.
Batallón 15 de Trabajadores
Una vez hecho preso los llevaron a Miranda de Ebro. De allí al cuartel de la Guardia de Asalto de Iruñea. Dos meses después los vuelven a trasladar a Miranda de Ebro donde se formará el 15 Batallón Disciplinario de Trabajadores. Karrantza, Asturias, Huesca… Tres años de trabajo esclavo que tuvieron su fin cuando se licenció la quinta del 37.
Batallón 38 de Trabajadores
Sebastian no tuvo mucho tiempo para gozar del calor del hogar. Lo volvieron a llamar a los batallones disciplinarios y fue envíado al pirineo navarro, al Roncal, con el Batallon 38 de Trabajadores. Sebastian nunca olvido las inhumanas condiciones de vida, los castigos y el hambre que tuvieron que padecer los penados.
Cárcel de Larrinaga
Gracias a la mediación de un tal Salas del palacio de Izurtza Sebastian pudo abandonar el batallón disciplinario y volver a casa. Una vuelta un tanto fugaz porque al poco tiempo tuvo que ingresar en la cárcel de Larrinaga. Cumplió ocho meses de condena. Al ser puesto en libertad, Sebastian tenía muy claro que no lo volverían a coger. Huyó atravesando la muga y tras pasar unos días en Lapurdi alguien lo llevó a una vendimia. Después trabajaría en un caserío para una familia Italiana y de ese modo, de un trabajo a otro hasta que se afincó en Luzenac para trabajar en la fábrica de Polvos Talco. Allí regularizó su situación como ciudadano Francés y trabajo durante años.
El regreso con 40 años
Solicitó un pasaporte en el consulado español y se lo denegaron hasta que cumplió los cuarenta años. Tras pagar una multa de 200 pesetas en la frontera, Sebastian Erdoiza volvió a casa a los cuarenta años.