VICENTE Pujana Galíndez nació en Otxandio en 1902. A los dos años su familia se trasladó a Durango, a Artekale, por motivos de trabajo. Vicente era muy joven cuando su padre falleció. Siendo él el hermano mayor, tuvo que hacerse cargo de sus hermanos a una edad muy temprana.
Socialista en Eibar
Debido a la crisis provocada por la I. Guerra Mundial Vicente se trasladó a Eibar a trabajar en la Fábrica de Armas donde entró en contacto con las ideas socialistas. Con dieciocho años se afilió a la UGT y al PSOE.
Huelga de octubre de 1934
Vicente volvió a Durango y trabajó en el ferrocarril sin dejar de un lado su militancia. Acusado de promover las huelgas de octubre de 1934 fue detenido y torturado por la Guardia Civil y posteriormente encarcelado. La huelga de octubre dejó en Durango tres muertos por la Guardia Civil. Uno de ellos, Jose Mari Galíndez, era primo de Vicente. Su muerte supuso un gran golpe para él.
Empleado municipal
Por esa época Vicente aprobó las oposiciones para guardia municipal de Durango pero no fue admitido por su “fama de revolucionario”. Más tarde le ocuparía el puesto de celador y celador-carcelero municipal.
Después del levantamiento fascista, los bombardeos y la evacuación, cuando el ayuntamiento de Durango se disolvió a efectos, Vicente Pujana se enroló en el Batallón Rusia y con dicho batallón combatió en varios frentes hasta que cayó en Santander.
Cárcel
A vicente Pujana le acusaron de haber participado en el asalto a la cárcel de Durango y por eso fue condenado a reclusión perpetua. Cumplió condena en la cárcel de Puerto de Santa María donde las condiciones de vida eran realmente pésimas para aquel que, como en el caso de Vicente, no contaba con apoyo exterior. Fue gracias a sus habilidades y la solidaridad de sus compañeros presos como Vicente hizo frente a su condena.
“Puesto en libertad”
Vicente Pujana abandonó la cárcel de Puerto de Santa María el 26 de noviembre de 1942 por una “equivocación”. Una vez fuera recibió un documento en el que se le exigía volver a ingresar en prisión. Un empleado de la cárcel de Puerto de Santa María se las apañó para que aquella notificación se traspapelara una y otra vez, de modo que Vicente no tuvo que volver a prisión. Dado que tenía implícitamente prohibido volver a Durango Vicente residió en Bilbao el resto de su vida.
El hecho de que no estuviera en prisión no significaba que Vicente fuera una persona libre. Durante años tuvo que acudir diariamente a firmar ante las autoridades franquistas. Esa obligación duró hasta la década de los sesenta.
Transición
Con la transición Vicente volvió a afiliarse a la UGT y al PSOE aunque acabo dejando la militancia al cabo de unos años. Según recuerda su hija Julene, Vicente se paseaba orgulloso por Bilbao los Primeros de Mayo de la época pancarta en mano.
También solicitó el reingreso en el ayuntamiento de Durango pero como por edad no le era posible le concedieron una pensión. De todos modos los tramites para ello no fueron coser y cantar. Según parece, la secretaria municipal del momento no puso todas las facilidades para ello.