Victorio Agirre Amundarain era ordiziarra de nacimiento, pero en 1936 residía en Arrasate junto a su esposa María Lazkano Lopetegi. Era presidente del Batzoki de Arrasate y por ello, cuando se dio el levantamiento fascista, se escondió en su caserío natal, en Ordizia. Permaneció oculto cerca de un par de años.
Tras el final de la guerra trabajó en Bilbao y en 1941 abrió en Durango la droguería El Pórtico en la calle Andra Mari. Se mantuvo firme en sus convicciones abertzales.